Por Carmen Duerto. Publicado en www.diarioabierto.es y El Mundo
A Tamara Falcó Preysler nadie le
condicionó su decisión de hacerse católica apostólica romana. No tuvo un
confesor, como antiguamente la nobleza, ni tampoco un tío párroco, ni una
familia devota. Todo lo contrario. Fue la inexistencia de creencias lo que le
llevó hace un año a toparse casualmente con la religión.
He tenido la oportunidad, gracias a
una intensa convivencia de tres días de rally, la Land Rover Discovery
Challenge, metidos horas y horas en unos coches todo terreno por toda Gerona y
Andorra, de conocer a una Tamara inédita para la mayoría de la gente. Siempre
señalada como un ser simple y superficial, es todo lo contrario. Una mujer que
habla tres idiomas, que estudió en una universidad americana y que lleva un máster
a sus espaldas, además, de un conocimiento extenso sobre el mundo del vino.
Tamara es una persona con unos valores y una educación extraordinarios. Ahora,
a raíz de descubrir ese mundo espiritual del que no había hablado antes, todo
el mundo se sorprende. Esta es la historia de cómo llegó Dios a la vida de
Tamara Falcó Preysler.
De un entorno más propio de izquierdas
denominada a sí misma la “gauche divine” con un “pop star”, como
denomina Tamara al primer marido de su madre, Julio Iglesias, a su padre, un aristócrata
de rancio abolengo, como el Marqués de Griñón, con viñedos y palacio, a un ex ministro
todo poderoso como fue Miguel Boyer en la primera época socialista, así ha sido
el entorno vital de Tamara. Al cantante le llama tío Julio y al político
socialista tío Miguel, con voz dulce y siempre sin perder la sonrisa. Con esa
miscelania, ella se encontraba perdida, con una vida muy divertida pero muy
vacía. Algo fallaba. “Llegaba un momento en el que estaba en sitios
maravillosos pero no los disfrutaba, algo me faltaba. No sabía qué era pero no estaba feliz. Tenía una
visión mundana de la vida y era algo que no me llenaba. Daba igual cuantos
amigos tenía, cuántos libros leía, los viajes que hacía, tenía un vacío que no
podía llenar con más cosas materiales”.
Tamara no buscaba se encontró. Sin
saber por qué, hace un año el destino quiso que entrara casualmente en la Casa
del Libro, como había hecho en infinidad de veces en otras ocasiones, sin
embargo, esta vez iba a ser diferente. Se topó con un ejemplar de la Biblia,
entre los cientos de libros que había “es el único libro que me llamó la
atención”. Lo compró, sin saber muy
bien por qué y en cuanto abrió la primera página, no pudo soltarlo “en realidad la religión me encuentra a mí:
Yo no tenía ninguna inclinación, ni tampoco un entorno afín y mucho menos
vocación. Descubro todo gradualmente. Primero, leyendo la Biblia, después
rezando el rosario y tras un retiro espiritual empecé a ir a misa. pero en ese
momento yo estaba aún dudosa de la relación entre la religión y la iglesia pero
he ido perdiendo mis miedos al tener la oportunidad de conocer en primera mano
a sacerdotes y a monjas ejemplares que me han hecho cambiar las nociones
erróneas que antes tenía”.
A medida que leía la Biblia, estaba
sintiendo cosas que estaba tomando como suyas. No daba crédito pero aquella
Biblia era su biblia. Tanto es así, que en unas vacaciones se fue a casa de su
padre, pero Tamara incomprensiblemente para los demás, se pasaba los días
enteros encerrada en su habitación.
Nadie entendía nada y más, con los planazos que organizaban la familia y los
amigos. El marqués de Griñón asustado, temiéndose lo peor, esas cosas que a
todos los padres nos pasan por la cabeza, que si el mundo de las drogas, que si
el alcohol…, decidió entrar en la habitación para tener una conversación
seriamente con su hija. Tamara reticente tuvo que confesarle que era
sencillamente que estaba leyendo la Biblia porque la tenía completamente
extasiada. “Mi padre sonrió y me alentó
diciéndome que no tenía que esconderme que en su familia y en especial granny,
mi abuela paterna, siempre habían sido muy creyentes y que estaba contento de
que yo hubiera encontrado la fe”.
Da igual donde se encuentre, tanto si
es en Gerona haciendo un rally como en Filipinas acompañando a su madre, Tamara
medita todos los días y recibe en su teléfono, vía evangeli.net donde 200
sacerdotes comentan el evangelio del día, el evangelio de la misa diaria y una
breve meditación todos los días por internet y no es ni un capricho ni algo
ocasional y aunque a veces se reconoce un poco vaga, tiene fuerza de voluntad y
constancia para dedicarle un tiempo diario a sus creencias y fortalecer su fe.
Todo parece que la religión ha llegado a su vida para quedarse. “Amo a Dios, recibo evangeli.net, voy a
adoración, llevo mi Biblia siempre conmigo en el iPhone y en mi dedo un rosario
que me dieron en Medugorje, que es una ciudad de Bosnia-Herzegovina donde se
aparece la Virgen”.
Medugorje es una pequeña ciudad de
apenas 4000 habitantes a 25km de Mostar y muy cerca de la frontera con Croacia.
Al que acuden millones de peregrinos en busca de sanación, para meditar o para
renovar su fe. Están convencidos que allí, la Virgen María ha confiado a seis jóvenes unos
secretos que han de ser revelados cuando Ella lo diga. Cuando se hayan hecho
públicos los secretos, entonces se acabarán las apariciones que comenzaron en
1981 y desde entonces se calcula que han peregrinado a Medugorje unos 20
millones de personas, entre ellos Tamara.
Ella es feliz, va a misa casi a
diario, disfruta con su nueva vida. No deja de hacer lo que siempre ha
hecho pero ahora las cosas tienen otro sentido. Su mundo ahora es mucho más
rico y por ejemplo, ha sentido lo que es la Paz. En uno de los tramos de la Land
Rover Discovery Challenge, esa prueba de coches que nos hizo convivir
intensamente y descubrirla como persona y no como personaje, cuando íbamos de
Gerona a Andorra de repente Tamara nos suelta de sopetón al copiloto Emilio
Olivares y a mí; ¿Sabéis que estoy
feliz por qué sé cómo es la paz? Me fui tres días al campo
completamente sola y allí estuve yendo a misa, leyendo la Biblia y concentrada
exclusivamente en la oración. De repente me pasó algo que nunca había sentido:
LA PAZ. Fue una experiencia maravillosa de bienestar. Es la sensación más
maravillosa que se puede llegar a sentir. Aun no me puedo creer que haya
tardado tanto tiempo en descubrirla. Es una mezcla de calma y alegría... una
sensación de plenitud con Dios... no sé es muy difícil de explicar. Me gustaría
sentirla todo el tiempo”.
Ahora Tamara ha acudido en dos
ocasiones a los retiros de sanación del Padre Ghislain, que es un sacerdote de
la renovación carismática. A Tamara no le asustan los comentarios sobre su
religiosidad, “es normal que a la gente le pueda parecer sorprendente porque si
yo no lo estuviera viviendo a mí también me pasaría lo mismo”. Algunos de sus
antiguos amigos es posible que puedan comentar sobre su religiosidad, pero ella
es feliz. Precisamente con una de sus amigas de toda la vida, es con quien
comenzó a ir a los retiros. A raíz de su conversión, su círculo de amistades se
ha ampliado con nuevos amigos, que son los que la acompañan a los retiros o a
las convivencias marianas. “Me gusta decir lo que pienso y que la gente a mi
alrededor también lo haga siempre y cuando se mantenga un respeto. Creo que no
hay ningún tema que no se pueda hablar si el momento es adecuado y las formas
son buenas. Poder debatir diferentes puntos de vista ameniza las conversaciones
y las enriquece”.
Lógicamente uno de los miedos en
cualquier familia que no es excesivamente creyente, es que Tamara pueda
convertirse en monja. “Les dije que no se
preocupasen que Jesús por ahora no me había llamado por ese camino. Aunque
tampoco descartaría el volverme monja si el señor me inspirara la
vocación".
De momento, ambos mundos están
separados porque una cosa es la religión y otra, los votos de castidad y Tamara
no descarta casarse aunque con condiciones. ¿Casarse por amor o por conveniencia social como solía hacer la
nobleza? - A mi desde luego me
gustaría casarme por amor.
-
¿Tu tío Miguel qué opina? Tenéis debates sobre religión y fe? Sí, porque
él tiene fe en lo científico no comparte mis creencias religiosas así que
debatimos. Ni él consigue convencerme a mí, ni yo a él... Lo que tengo que
hacer es rezar más y así jugaré con ventaja.
Tamara tiene intención de confirmarse
en primavera. Las fechas de confirmaciones suelen ser en el mes de mayo y para
ello se prepara. Asiste a catequesis semanalmente, va dos días a la semana y
está en el grupo más básico de iniciación en la parroquia cercana a su casa.
Tamara que es de misa diaria, está ilusionada por hacerla con su grupo de
catequesis “porque la fe hay que vivirla
en comunidad”. Todavía no hay fecha exacta porque hay que esperar a la
agenda del cardenal Rouco Varela o a que delegue en un obispo auxiliar o en un
vicario.
Para un católico la confirmación es un
salto a la madurez desde el punto de vista del compromiso como católica porque
el bautismo o la comunión lo pueden haber decidido tus padres pero la
confirmación lo decide uno mismo en plenitud de facultades.
Falta por confirmar quiénes serán el
padrino y la madrina. Los tiene que elegir la propia Tamara y ambos tienen que
ser católicos. En teoría los padrinos deberían ser dos personas que ya
estuvieran confirmadas. Eso hace que se cierre mucho el cerco de su familia,
donde pocos abrazan la fe de la forma que la siente ella.
Nuestro compañero del rally de
Land Rover, Emilio Olivares y yo,
estábamos tan sorprendidos con la persona que estábamos descubriendo que le
insistió a Tamara en que era tan impactante lo que nos estaba contando que
sería bueno darlo a conocer y que a lo mejor así ayudaba a mucha gente a
encontrar sentido a su vida, pues he aquí el testimonio de su nueva vida que
Tamara me ha dado la oportunidad de contarlo porque no quiere por nada del
mundo que se frivolice con algo que es tan importante para ella.
Lo que le ha ocurrido no es raro. Hay
un gran grupo de jóvenes que están tomando los hábitos y me refiero a la nueva
congregación, creada en 2010 y llamada Iesu Communio, conocida como las monjas
de los hábitos vaqueros de Lerma. Han crecido tanto que el primer convento en
el que se instalaron, en el de las clarisas, se les quedó enseguida pequeño. La
congregación la forman en su mayoría jóvenes universitarias procedentes muchas
de ellas de familias adineradas con apellidos ilustres y reconocidos, que ante
lo vacio de su existencia encuentran en la religión una vía de escape.
Para seguirme en Twitter; @cduerto
Hola! Quería apuntar que conozco a las monjas de Iesu Communio de cerca, y no creo que se puedan definir como un grupo donde la mayoría son de familias adineradas y con apellidos ilustres. Se puede haber dado un caso o dos, pero la GRAN mayoría son de familias normales y corrientes. Un saludo
ResponderEliminarAdemás quiero añadir que esas chicas de Iesu Comunio no encuentran en la religión una vía de escape, sino que se encuentran con una persona que está viva (Jesucristo) y se enamoran de Él. De ese Amor nace su vocación, su felicidad es tan grande que nada de este mundo es comparable y por lo tanto, para estar con Él renuncian a vivir en el mundo.
ResponderEliminarTamara ha elegido la mejor parte y la fe la hará feliz, pero no una felicidad ilusa y crédula sino una felicidad real, profunda y duradera, que los demás perciben como qué suerte tienes...
ResponderEliminarhola mi nombre es Alex también tengo 32 años y estoy pasando por un proceso muy muy similar al de Tamara, salvando todas las distancias queda claro que ante la llamada del señor no existen clases sociales ni fama ni dinero el nos ama a todos por igual . Esa especie de vacío desgana por vivir etc sin saber por qué, nos afecta a todos por igual son todo producto de influencias y ataduras del mal que nos quiere esclavizar, no podeis imaginar el dinero que nos podríamos ahorrar en sicólogos siquiatras clases de renking yoga (falsas espiritualidades) tarotistas etc solo por acercarnos al señor hacer de ello una forma de vida potenciando nuestra fe acudiendo a retiros carismáticos y a todo lo sagrado , se muy bien a que paz se refiere Tamara y entiendo esas ganas de gritarlo a los cuatro vientos esta chica ahora si q es un encanto un encanto de verdad..
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