La Indignación de Sol

 En la puerta de Sol, más que una manifestación la impresión que he recibido es que hay como una asamblea pública debatiendo temas sociales de interés. No hay gritos, ni se cantan consignas, ni se meten con nadie. Lo que he visto son pancartas silenciosas que lo dicen todo y por haber, hay una guardería con niños pasándolo bomba y un supermercado con alimentos que la gente les lleva para que ellos, a su vez, repartan. Tienen horarios de comidas y así se organizan.
A mi me han ofrecido unos orejones muy ricos y una botella de agua.
 Hay mucha gente haciendo fotos y paseando por las carpas para ver qué es lo que ocurre. También pasa el bus turístico y los extranjeros hacen fotos sin parar o circulan los taxis y los bomberos.
Yo he aprovechado para comprar unos productos en Sephora y en la Menorquina. Quiero decir con esto, que no hay problemas, sólo mucha gente debatiendiendo y pensando colectivamente.
No es la idea de manifestación que yo tengo, sino más bien de asamblea pública colectiva, tipo AGORA.

Esta es la carpa de alimentación. La gente les lleva bolsas con comida y ellos la van administrando. Han colgado un horario de comidas, funciona muy bien la organización y me da la impresión que no hay nadie que controle la situación que más bien se impone el sentido común y las ganas de estar participando en un movimiento espontáneo ciudadano que no tiene nada que ver con Tunez o Egipto. Aquí no se pide cambiar un dictador, se debate sobre las listas abiertas, el feminismo, la economía, el fin del bipartidismo o el cambio en la jefatura del estado que no sea hereditaria. No he visto carteles de partidos políticos y sí mucha conciencia ciudadana. Gente que quiere que se escuche su voz y que se tengan en cuenta sus opiniones para que situaciones como los políticos corruptos, el dedo de Fedérico Trillo insultando a los que le abuchean o los cargos públicos vitalicios se vayan acabando. Es democracia, es el pueblo en la plaza pública abriendo debates. Somos la generación Ni-Ni. Ni PP. Ni Psoe.