Carmen
Duerto
Ya
he oído al rey, a la princesa Letizia Ortiz y al ex duque de Lugo, quejarse
públicamente por las informaciones que se publican sobre ellos y por ende, de
la monarquía en los Medios de Comunicación. Lo paradójico es que nos piden
contrastar y a la vez dan la consigna de no informar.
Lo
que es público ya lo vemos, lo que se hace de puertas para dentro es lo que no
quieren contrastar y les molesta que lo contemos y según ellos, siempre mal. Si
los pasajeros ven en un avión de Miami a Letizia Ortiz, lo cuentan y los
periodistas sólo lo expandimos. ¿Cuál es el problema contarlo o que se haya ido
a Miami y de paso aprovechar que le pilla el Black Friday, ese día después de acción de gracias, en el que lo saldan
todo y aprovecha para comprar regalos?.¿Contarlo o que viaje a Miami?.¿Qué
viaje a Portugal con sus amigas porque allí lo pasa fenomenal? ¿Que la reina
compre sus regalos de navidad en Londres, ignorando el comercio español que
está en crisis?.
¿Por
qué ese empeño en meternos a don Felipe con calzador? ¿Por qué ese empeño en
hacernos creer que Iñaqui Urdangarín está desahuciado familiarmente y sin
embargo, se aloja, cena, come, visita y tiene una relación cordial con toda su
familia política? ¿Cuál es la realidad? ¿Se avecina un traspaso tutelado? ¿Por
qué el índice de aceptación de la Monarquía ya no lo mide el CIS? Curiosamente,
se ha suprimido de la encuesta después de haber suspendido su aceptación. Y
como hay interrogantes, es por lo que se pregunta y no se obtiene respuesta.
Finalmente,
el rey ha concedido una entrevista para la televisión pública, es muy loable,
aunque haya sido muy cansina la tabarra que han dado en TVE para batir el
índice de audiencia y el resultado haya sido bochornoso. Más que una entrevista
ha sido una No-Entrevista, con un egopresentador hablando de Vuestra Majestad y
Señor y el rey contestándole de tu. Con unas preguntas absurdas, que estaría
muy bien si todos los días contestase entrevistas, pero para una que concede,
que la desaprovechen de esta forma, me parece vergonzoso y un insulto para la
capacidad intelectual de los ciudadanos. No nos merecemos que nos tomen el
pelo, como nos lo toman.
Nos
habíamos quedado con aquel infausto reportaje costumbrista que concedió, por
recomendación de su cuñado Constantino, a la periodista inglesa y la verdad, se
agradece que a la televisión pública española, después de tantos años, le haya
concedido una No-entrevista exclusiva, aunque visto lo visto, lo razonable,
para no insultarnos, habría sido no emitirla.
Informar
es mejor que dejar volar la imaginación. Cuál es el problema en decirnos cómo
pasará el rey el día de su cumpleaños. ¿Secreto de Estado? No, 75 años. La
gente plebeya se reúne, se hacen regalos e incluso, se prepara una sorpresa. Lo
normal. Claro, que si aquello es una diáspora pues normal que no puedas
contarlo. ¿Es gravísimo decir que comieron un potaje, al rey le gustan los
platos de cuchara y un besugo al horno? Que sus nietas Leonor y Sofía le
recitaron una poesía y que el resto, le regaló un mapa de España dibujado por
ellos? O que le trajeron a los gitanos del Sacromonte, en plan sorpresa, porque
le encantan y lo pasa divinamente con ellos, como hizo él para darle una
sorpresa en un cumpleaños a la reina. Pues señores y señoras, el departamento
de comunicación de la Casa Real, siguiendo las directrices del Jefe de la Casa,
informa que el 75 cumpleaños del rey Juan Carlos, Jefe del Gobierno de nuestro
país, es una onomástica privada y por tanto, secreta.
Al
día siguiente, en la Pascua Militar en el palacio real, en un gesto que nos
dirán que es campechano y rompiendo el protocolo, se acercará a
las vallas donde se hacinan los periodistas y les contará que lo han pasado
tranquilamente en familia, que le han hecho algunos regalos y que todo
fenomenal. Unas risas y nos quedamos todos tan contentos. ¿Es tan difícil?
Por
cierto, Felicidades, Rey, que cumpla muchos más con salud.
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