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Ante la ausencia de los padres, que están ocupados ejerciendo de reyes, empresarios, aristócratas o simplemente de ricos. Las niñeras han llegado al mundo para suplir las carencias de las criaturas con esa problemática. En España, primero estuvieron de moda las fraus alemanas, después de la Segunda Guerra Mundial, ante el declive alemán, se impusieron las nannies inglesas, aunque el francés fuera un idioma más elegante y el que dominaba en la diplomacia, ya se intuía que el sajón iba a pintar más para el mundo del businness.
En nuestro país hemos tenido grandes amas de cría en Cantabria, también una mezcla entre enfermera y niñera, las llamadas Salus y las Añas. También vivimos la coyuntura de dos “seños” españolas muy renombradas y apreciadas. La seño que crió a los hijos de Julio Iglesias cuando los tres niños se fueron a vivir a Miami con el cantante y la madre, Isabel Preysler, se quedaba en España y la seño de Luis Alfonso de Borbón y de su hermano, Francisco. Manuela Sánchez Prat, una mujer estupenda y cariñosa, crió a esos niños cuando la madre, Carmen Martínez Bordiu, se fue a vivir a París con otro marido. La hija de Franco, por cierto, aprendió el inglés que sabe, gracias a su nanny inglesa, Beryl Hibbs.
Niños educados por sus nannies
Borja Thyssen, que es un claro ejemplo de niño criado por tutores, guardaespaldas y niñeras, recibió del servicio clases marciales y de conducción temeraria para escaquearse de un posible secuestro, algo con lo que la baronesa Thyssen estaba completamente obsesionada. Ahora sus hermanas, Sabina y Carmen tienen cuatro nannys y varios guardaespaldas. Parece mucho pero es que son dos y hay que hacer turnos de 24 horas. Les ganan, Angelina Jolie y Brad Pitt, que tienen seis niñeras pero es verdad que acumulan, el triple de hijos.
Ahora las nannies están en declive, hay parejas que siendo “jóvenes modernos” viven entre dos realidades y de ahí, que vistan a la asistenta sudamericana con uniforme blanco y cofia para pasear a una bisnieta de un aristócrata por la calle Ortega y Gasset y como dice Cari Lapique “mi nieto habla de cuidadora, que es una mujer que hace de todo, limpia, plancha, cocina y también, se ocupa del niño. Antes no era necesario ser tan rico para tener una niñera. En mi casa había y mi madre tenía institutriz. Ahora es imposible”.
Entre los que se mantienen en el estatus de niñera de toda la vida, se encuentran María Margarita Vargas y Luis Alfonso, que dada su condición de supuestos reyes de Francia, tienen nurse francesa, además de la típica cuidadora colombiana. Los príncipes de Asturias se inclinan más por la nanny inglesa y aprietan también con el chino, igual que Paloma Segrelles, que obliga a sus mellizas a estudiar inglés, francés y chino, con el que una de las niñas está encantada pero la otra se inventa todos los trucos posibles porque no puede con el mandarín.
También hay niñeras que ejercen un papel fundamental en las custodias de los niños de separados. Es el caso de Colate que fue obligado por un juez de Miami, donde vive, que siempre que le tocase ver a su hijo tenía que estar presente la niñera.
Cari Lapique tiene razón con los emolumentos. Una niñera diplomada en Norland puede cobrar fácilmente 60.000 euros anuales y por supuesto no viaja en turista, ni en metro, ni come en un cuartito. Tienen una enorme responsabilidad y la cobran, para ello también invierten en su formación. Hansje Görtz, que fue la primera niñera de la heredera Amalia de Holanda, cuando dejó sus labores en el palacio, decidió crear una escuela de niñeras. A las candidatas las forma en tres intensos meses, a cambio de casi 3000 euros y les enseña a dirigirse a una reina, los misterios de la seguridad o cómo escaquearse de los paparazzis. Algo que a los nuevos ricos; chinos, rusos y saudíes, que son la nueva aristocracia les viene muy bien porque requieren que sus vástagos aprendan esas habilidades que ellos no saben pero pueden pagar.
El pequeño príncipe George, llamado a ocupar algún día el trono inglés, tiene niñera española. María Teresa Turión, la palentina soltera como buena norlander no eclipsará a la duquesa Kate, porque ese uniforme beig con falda por debajo de las rodillas y escote a la caja bien tapadito, con ese gorrito marrón estilo Mary Poppins, haciendo juego con los guantes, es anti lujuria.
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