Primero los blancos de invierno. Las líneas son rectas, largas y las cinturas bajas y discretas. Las mangas son amplias y de movimiento libre. Los abrigos y las faldas parecen aquellas cajas con sólo un cierre, de hueso, cuerno o cuero, que se oculta con un simple toque.
Y entonces los blancos se hacen nómadas y toman matices de gris, topo y sepia. El pitón, la piel de cordero y el visón esquilado añaden un toque salvaje a este guardarropa con ecos de otras tierras. Las capuchas de piel de cordero nobuck, la bota pantalón, y los pantalones de chándal de cachemire son el equipamiento de amazonas deportistas y viajantes.
Las líneas gráficas de los estampados "Psyché" y "Brasil" aparecen en los twillaines. Los colores arena y jengibre, ocre quemado y azafrán, los tonos de cuero ámbar, fauve y marrón evocan un otoño ardiente glorioso.
Y entonces vienen los pilluelos, los garçonnes. El blanco impecable de una camisa de concurso de algodón bajo una chaqueta masculina de caviar de lana y piernas en cuero negro. Cuero otra vez, un vestido-abrigo de piel de cordero color verde botella, cazadoras y pantalones de piel de ciervo en tonos plomo, un abrigo de piel de becerro moiré negra profunda.
Y finalmente, la noche. Colores fuertes. El brillo de la piel de cordero subraya el mate absoluto del fieltro de lana y crepe de seda.Túnicas de seda y pijamas en verde botella, regaliz negro y rojo, luego bermellón, marrón papel y verde de Bengala.
Después de esta descripción del último desfile en París de Hermés, ¿alguien puede pensar que una casa así, puede pasar a manos de LVMH? no, por favor. Esas botas bien construidas para andar y parecer sexy con su plataforma oculta para que no parezca un andamio, no puede pasar a ser propiedad de ningún holding de lujo. Tiene que ser pequeño y realizado con manos artesanas. Esos finos cinturones de cuero, los estampados como de carres de seda, los cuellos altos, los colores elegantes, las lineas perfectas para ser elegante y los tejidos mejores del mundo. Eso es Hermés y eso es el lujo.
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