El cabezón de Goya pesa 4 kilos. El cóctel post-ceremonia comenzó sobre la una de la mañana. El catering escaso y malo -de Arturo que es quien ganó la concesión- tuvo lugar por toda la segunda planta del Teatro Real. La seguridad era supuestamente extrema porque yo entré, como Perico por su casa, por la zona donde tenían montado el catering. No sólo yo, me acompañaban dos periodistas más y la operadora de cámara del programa en el que colaboro. Mucho rollo con la seguridad y con acreditarse para todo, pero allí que estábamos las cuatro tan ricamente.
A Nora Navas, le llevaba el Goya su marido. Ella piensa colocarlo en el hall de entrada de su casa, en una mesita que acaba de instalar para colocar premios. Viste con un traje cedido por Cortana (un wrap de seda anaranjado), igual que Lady Foster. Que no entiendo, con la de dinero que tiene que tener Elena Ochoa, acepte cesiones de vestuario. Mi abrigo es de Caprile, pagado por mi y el bolsito de la colección escocesa de Mac. Sir Foster, pelín borde, le quise saludar y pasó olimpiacamente. Ella sí se paró: ¿Cuánto pesa su marido, Sra.Foster? No lo sé, pero sus edificios miles de toneladas.Según le daban el Goya, Bardem subía a la sala de gráficos para posar y decir algo, quizás para compensar que se hizo la alfombra roja mudo. Sólo habló para TVE y para el resto interpretó el papel del enanito mudo que pasa como el spunick de la guerra de las galaxias ¿Borde? no, jet lag.
Su madre, Pilar, antes dicharachera con la prensa, pasó acompañando al spunik y no nos dijo que su traje era de El Corte Inglés, vendido por la señorita Pilar de la 6ª planta. ¿Borde? No, abuela de Leo.
Carlos Bardem, es el único de los Bardem que habla pero para colocarnos su rollo/reivindicación. "Me parece muy bien que se manifiesten y ejerzan su libertad de opinión pero están repartiendo octavillas con todos los link de las películas nominadas que te puedes bajar gratis de internet. Esto quita trabajo a mucha gente;guionistas,operadores, figurinistas,iluminadores...".
Pulsera 25 aniversario de los Goya, que permitía el acceso por todo el teatro Real.
La roja era para periodistas y la naranja para entrar en el cóctel.
Sala de prensa de redactores. Cuatro televisores de plasma para seguir la gala. Pupitres con bandeja para tomar notas y 15 minutos antes de terminar la ceremonia se fue la luz en una de las fases. Como el apagón analógico.
Buenafuente, entre bambalinas, era borde y Cayetana Guillén, una déspota, pero es justo lo que no se ve, ni se oye.
Buenafuente, entre bambalinas, era borde y Cayetana Guillén, una déspota, pero es justo lo que no se ve, ni se oye.
Así quedaba el hall de entrada al Teatro Real con los restos del cóctel. Una vez más, "El hábito no hace al monje" porque los invitados llevarían sus mejores galas o los trajes prestados más elegantes pero las copas no se dejan en cualquier sitio y menos en el Real. Esto es lo que se llama, apurar con la copa hasta el último minuto.
Pancho -que en realidad se llama Cook- esperando para hacer la alfombra roja. Viste esmoquin de Adolfo Domínguez y joyas de Swarovski. El señor calvo, que era encantador, es su cuidador y estaba pendiente de Pancho. Por suerte, no se tragó la gala entera, pudieron salir a dar una vuelta, después de que Buenafuente se dirigiera a él y que le enfocaran un par de veces los de TVE.
Loterías del Estado, había puesto una cantidad ingente de dinero como patrocinador y había que devolvérselo con creces.
Reivindicación a favor del Soldado Bradley, el que pasó los cables de la Casa Blanca a wikileak. Al parecer está preso en USA.
Un invitado llevaba una chapa en su solapa reivindicando su puesta en libertad.
Una invitada llevaba su careta Anonymus, como los manifestantes que estaban en el exterior del Teatro Real. Por la parte que daba al palacio de Oriente, estaban los que repartían octavillas para descargarse gratis las peliculas nominadas a los Goya, que también tiraban huevos. Y por la entrada del Real, estaban los Anonymus con caretas contra la Ley sindescargas Sinde. El abucheo que recibió, al salir de la carpa de la prensa, fue monumental.
Supe que Sinde había estado a las 13h en la peluquería leyendo el Hola y con su hija pequeña que estaba hambrienta de jamòn. También me dijo que no podía comparar los nervios de una gala, cuando estás nominada, con los de una boda porque nunca se había casado.
Zapatos de edición limitada creados especialmente para la Gala de los Goya por la firma mallorquina Barrats. Los de la foto son de Eduardo Campoy.
Interior de la carpa de prensa. Enfrente TVE, que tenía pasillo propio y sin aglomeraciones y enfrente el mogollón. Todos apelotonados y hacinados. Los cienes de programas de TV, Radios y revistas competían por ganarse un hueco donde posar los pies y extirar la mano con el micro. Los había activos, que paraban a los protagonistas y les hacían preguntas y los había que ponían el micro o la oreja y se aprovechaban de las preguntas del que estaba haciendo su trabajo. Este es el motivo por el que todos los invitados contestan lo mismo.
Detalle del catering servido por Arturo en la sala de redactores. Aproximadamente 15 bandejas para 300. Había un par de bandejas de plástico con sushi, unas tartaletas de algo que podía ser carne cruda, un par de queso, otro par de jamón -del malo- y unos vasitos de una crema que podía ser como paté. Bebida, sin alcohol, sin medida.
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