lunes, 12 de marzo de 2012

Andrew Morton prepara un libro sobre las herederas plebeyas

El biógrafo de Lady Di prepara un libro que seguro será polémico
La Monarquía se hace plebeya
El hombre que lleva vendidos 7 millones de ejemplares de un solo libro; La biografía de Lady Di, Andrew Morton,  tiene una nueva misión; escribir sobre la coincidencia de todos los herederos europeos en casarse con plebeyas. A excepción de Felipe de Bélgica que lo hace con una noble, el resto de sus colegas Guillermo de Holanda, Federico de Dinamarca, Felipe de España, Silvia de Suecia, Haakon de Noruega y Carlos de Inglaterra han elegido mujeres carentes de blasones, con pasado, con hijos e incluso, divorciadas. Algo está pasando en las monarquías y sobre ello escribe Morton. Su libro comenzará con la imagen de Kate y William entrando en la catedral de San Pablo donde, según avanza el cortejo nupcial, se va viendo a todos los herederos consortes. La foto en primera fila de ese día de boato inglés con la ex abogada Mary Donalson, la ex periodista Letizia, la ex camarera Mette Marit, la ex economista Máxima y el ex preparador físico Daniel,  es su punto de arranque.  Aunque lleva un buen ritmo de trabajo, me comenta que “aún es pronto para asegurar que el libro salga dentro de un año, acabo de empezar y estoy viendo cómo encajarlo todo”.
 Después de haber sacado del armario a Tom Cruise, haber fijado en un trío amoroso la relación de Diana, Carlos y Camila, haber coronado con una osamenta a Brad Pitt y contado ampliamente el affaire sexual de la becaria del presidente de los Estados Unidos, Mónica Lewinski.  Andrew, un inglés alto con gafas finas y corpulento que tiene dos hijas, que igual que Kate Middleton compran en Zara, pone su pluma al servicio de lo que queda de la realeza europea porque “su trabajo es Ser no hacer. Antes era obligación y dinastía frente ahora que es amor y libertad”. Eso es lo que motiva el libro de Morton, el plebeyismo que ha entrado en los palacios. Cuando le indico que Sabino Fernández Campo me trasladó su preocupación, cuando yo escribía la biografía de la infanta Elena, que el riesgo de hacerlo todo tan normal, es que puede llegar un día en que la gente de la calle se pregunte ¿y si todo es tan normal, por qué él y no yo? Toma nota a mano del comentario en un cuaderno de anillas y me apunta que en Inglaterra les pasa igual “Guillermo también es muy normal y puede ocurrir que también se lo pregunten”. Se maneja con una traductora “siempre se me dieron mal los idiomas y ya soy mayor para aprender. Aunque con el camarero en el hotel nos entendemos en francés”. Lleva varios viajes a España, y no sólo lo hace a Madrid, esta semana la termina en Barcelona, donde sigue su ronda de encuentros. El día que nos citamos para charlar en un hotel del barrio de Salamanca en Madrid, según me iba entraba Pepe Oneto y estaba acordando una cita con Beatriz Cortázar, también me consta que habló con Pilar Eyre. Parece que intentarlo con la Casa Real, teniendo en cuenta el escandaloso precedente con su colega Selina Scott , es más complejo “si ya contigo quedar y sacarte las cosas es difícil con ellos es imposible”, el comentario, aunque excesivo, me halaga y más porque le dije que no tomo el té en La Zarzuela por las tardes y que no pensaba hablar de rumores. Nos sentamos en un lugar apartado de la cafetería del hotel y graba la conversación aunque toma notas en un cuaderno con bolígrafo.
Capítulo especial para la Familia real española
Una parte importante del libro, se la dedicará a la monarquía española. Parece ser que nuestros royals le llaman mucho la atención por el hecho de que Letizia sea periodista y divorciada, por Elena primogénita y separada y ahora, por el caso Urdangarín y sus consecuencias.  Su explicación es lógica; “hace veinte años la Reina Isabel vivió un annus horribilis ahora parece que le está tocando a la española eso es lo que la hace interesante”. El caso Urdangarín está centrando mucho su atención pero de ese tema apenas hablamos, es como si ambos nos contagiásemos de la supuesta amnesia de Urdangarin, además, es mejor que Morton se lea los 42 folios con las 22 horas de declaraciones de Iñaqui ante el juez Castro. El biógrafo de Diana de Gales, había intentado quedar conmigo en otra ocasión pero no pude verle. Su interés por mí, se centra en que soy la biógrafa no autorizada de la infanta Elena. “La Infanta Elena. La reina que pudo ser” es la única biografía que existe sobre ella y fue editada por la Esfera de los Libros. Hablamos de cómo es Elena, cómo se tomó ser relegada a un segundo plano, por qué se dice que su inteligencia es limitada, cuánto duró su empresa, cuál es su papel y cuál es su futuro y en ese futuro se interesó por un supuesto pretendiente actual. Me dio a entender que pudiera ser Luis Astolfi, pero Andrew Morton está desencaminado aunque le gusten mucho los caballos el galán con el que Elena se envía SMS y whatsaap, no es su antiguo enamorado. Estuvimos de acuerdo en que Jaime de Marichalar parecía el más cercano al perfil de un pretendiente real y sin embargo, fueron los primeros en separarse. Quiso saber si la Familia lo había tratado de impedir. Mortón encontró dos puntos de semejanza “Eso también les pasó a Diana y Carlos también tardaron varios años en anunciar su separación y Diana era una joven noble como Jaime”. Aunque los Windsor no lo calificasen con el original “cese temporal de la convivencia” de los Borbón. También quiso saber qué tal se llevan separados y enseguida, con un par de datos, entendió que no es la mejor de las relaciones. Por supuesto, salió la relación con Letizia y sus mundos antagónicos, ninguna tiene nada en común, ni amigos, ni educación, ni experiencias, nada las hace compatibles  y ahí es cuando Morton me hace una pregunta curiosa: ´”¿Has visto una foto de Letizia envuelta en una bandera republicana?” Y la verdad es que no. Reconozco que sí escuché la entrevista que le hicieron donde se declaraba republicana, pero nunca la he visto en una imagen similar. Y también, apuntó mi idea de la importancia y conveniencia de darle un papel protagonista a Elena porque no olvidemos que además de ser la primogénita  es sobre la que recae la única ley discriminatoria por razón de sexo vigente en nuestro país. Le gustó la comparación con La Chata, la Infanta Isabel, primogénita de Isabel II, relevada por un varón y otra aficionada a la hípica, la caza y los toros. Cuando se proclama la II República a La Chata se le permite quedarse en España y ella prefiere salir al exilio con su familia. Insistió en conocer cómo se había tomado Elena no ser la heredera y le hizo gracia saber que estaba encantada de no serlo “claro con tantas cosas como hace y lo mucho que disfruta, no tendría tiempo”. La verdad es que a Andrew Morton, sentido del humor no le falta.
Cómo es la infanta Elena
Le sorprendió saber que Elena tiene el mismo genio que su padre, que las dos hermanas son las que mejor pueden entenderse y apoyarse, que le gustaba cocinar, concretamente pasteles y tartas, que es aficionada a la caza, a salir, a bailar, que esquía, navega y durante un tiempo le dio por comprar en la teletienda de las televisiones con el nombre y dirección de la madre de un amigo, que se come la vida y que borda el papel de sagitario. Le gustó saberlo porque Morton también es sagitario “Sabes que Elena nació el mismo día que yo y que fue a la misma universidad que mi hija?. Creo que es sorprendente y ella es sagitario; somos intrépidos, deportistas, espontáneos y apuestos”. Quizás por esos puntos en común con él, es cuando aprovecha para preguntarme: “¿por qué dice la gente que es boba?” Porque repitió un curso, de ahí que estudiaran las dos hermanas juntas, aunque en grupos diferentes una en el A y otra en el B, porque tuvo profesoras de refuerzo que la acompañaban a Palma de Mallorca o a Baqueira y porque no ha hecho grandes cosas para la Humanidad. Su vida es muy normal”.

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