miércoles, 27 de mayo de 2015

Sáfilo y la fundación Barraquer combaten la ceguera en Africa

Sáfilo y Barraquer combaten la ceguera en África

Carmen Duerto (publicado en www.diarioabierto.es) 

En el 2003 los Barraquer pusieron en marcha su fundación homónima para dar asistencia a personas sin recursos, algo que las tres generaciones de oftalmólogos llevaban años ejerciendo desinteresadamente, una labor solidaria y social en la medida de sus posibilidades. En este tiempo y de vez en cuando, han recibido la ayuda de empresas que, unas veces les han facilitado material a precio de coste y otras, se lo han donado. Ahora la multinacional de óptica Sáfilo, anuncia su colaboración con los Barraquer. Han acordado la entrega de una cantidad de dinero anual y también la donación, en un principio de 500 gafas de sol, para que los pacientes puedan protegerse de sus rayos una vez operados.
El día 29 parte la nueva expedición solidaria de la Fundación Barraquer a Mozambique, con la infatigable Elena Barraquer al frente y que durará dos semanas, en las que piensan operar de cataratas a unas 360 personas. Una doctora siempre sonriente que se desespera si no puede operar a una media de 37 personas al día, fundamentalmente de cataratas “algo que aquí carece de importancia y se opera sin ningún problema, pero en países como África significa quedarse ciegos”.
Pedro Rubio, director general del grupo Sáfilo, aprovechó la presencia de Elena Barraquer, que estaba en Madrid con motivo de la nueva expedición que en breve parte para África, para presentar una nueva línea de gafas solares polarizadas y otra de monturas especiales para niños. Para su máximo responsable en España, Pedro Rubio: “el deseo de la compañía es concienciar en edades tempranas, el uso de lentes polarizadas contra los efectos nocivos del sol”. Por ese motivo han conseguido reducir los costes al mínimo y utilizar los mejores cristales posibles, los de polaroid, para que cada gafa solar infantil cueste 35 euros y esté disponible en una gran variedad de colores que les resulten atractivos a los pequeños. Y las de lentes graduadas están realizadas en un material flexible que impide que se las claven y que rompan las patillas porque son como de chicle.
El rey Faruq de Egipto le regaló un Mercedes, único en el mundo, al profesor Ignacio Barraquer y un multimillonario norteamericano se encaprichó con él y ofreció al oftalmólogo una cantidad tan desorbitada que decidió venderlo. Con ese dinero puesto a rendir se nutre la fundación de fondos para sus actividades, que por supuesto completan los propios empleados donando su trabajo, las empresas que les suministran material y todo aquel que altruistamente quiere colaborar “siempre se necesitan manos para ayudar y todas son bien recibidas”.
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martes, 26 de mayo de 2015

Un Hermés gratis La Maison des Carrés en Barcelona


Es Hermés y es gratis

Barcelona por Carmen Duerto (publicado en www.diarioabierto.es y en La Razón)
Hermés es de las escasas firmas que aún permanecen en el auténtico lujo, el de los objetos mimados a mano, el que está elaborado por artesanos y donde cada pieza es un objeto único. Muchas se llaman Casas de lujo pero muy pocas lo son. Y precisamente, esa exclusividad impone un respeto que a muchas personas les impide franquear la puerta de una tienda Hermés.
Para vencer ese miedo escénico, de vez en cuando, ese mundo se abre al público de forma generosa y gratuita. Le han llamado La Maison des Carrés, la Casa del pañuelo de seda y la han instalado, hasta el 30 de mayo, en un inmenso espacio diáfano y blanco situado en un callejón en pleno centro de Barcelona que, como no podía ser de otra forma, está en el número 9 del Pasaje Campos Elíseos de la ciudad condal.
Los señores de Hermés quieren que el gran público vea y aprenda todo lo que se puede hacer con un pañuelo de seda, las mil formas de usarlo sobre nuestro cuerpo. Ese enorme espacio blanco está compartimentado en secciones; la lavadora, el fotomatón, la tienda del pañuelo, la pintura, las pajaritas, la guardería... Y así se vive la experiencia de acercarse al lujo más exquisito sin miedo porque una experta nos enseña a convertir un gran pañuelo de seda en un turbante, pero luego lo extiende y con un cinturón lo convierte en traje de noche, luego le hace cuatro nudos y es una chaqueta y con sólo un nudo es un top y por supuesto las diferentes formas de lucirlo al cuello. Es sorprendente la utilidad que se le puede sacar a un pañuelo, sales de la Maison convencida de que el único fondo de armario posible son cuatro o cinco pañuelos de seda, con ellos estarás perfectamente vestida.
La colada en la HermesMatic
También nos invitan a retratarnos con pañuelos de Hermés como si fueran nuestros, subirnos a un caballito de madera, jugar como niños, ver cómo se tiñen los carrés, hacer caballitos de origami, personalizar un pai pai, conocer el último lanzamiento de la Casa; las pajaritas Hermés para hombre y para mujer e incluso, a hacer la colada. El grandísimo invento de la HermesMatic, llega a Barcelona para darle una nueva vida a nuestros pañuelos de seda, se puede elegir teñirlos en rojo, verde o azul y con un suave tacto aterciopelado y por si todo esto no fuese suficiente, cuentan con un agradable jardín donde nos invitan a helado, pero no a cualquier helado, posiblemente al mejor que se pueda degustar en Barcelona…
Después de la inauguración del espacio tuvo lugar uno de esos eventos lujosos que hacía mucho tiempo que no se vivían en España, donde la gente no llevaba trajes y joyas prestadas, ni había fotocoles, ni notas de prensa. Fue un baile en una exquisita masía particular en las afueras de la ciudad de Barcelona; "El Bal deSoie", el Baile de la Seda, con máscaras y tatuajes, a la que se accedía por un laberinto de espejos y pañuelos. Hacía años que no se veía y disfrutaba de algo tan elegante y exclusivo, apenas 250 personas...
La Maison des Carrés se encuentra abierta al público en Barcelona en el Pasaje Campos Elíseos, 9, hasta el 30 de mayo. Excepto el domingo que cierra, su horario es de once de la mañana a ocho de la tarde, ininterrumpidamente y gratuito. Por cierto, es la primera vez que Hermés abre Casa efímera de estas características y ha tenido el detalle de ser en España donde se estrene la experiencia.
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viernes, 15 de mayo de 2015

Detalles de la boda de Juan Echanove y Cuchita Lluch


LA CALORET EN LA NUEVA BODA DE JUAN ECHANOVE

Por Carmen Duerto (publicado en los periódicos La Razón y www.diarioabierto.es)

A las dos de la tarde de ayer jueves, Juan Echanove publicaba en su tuiter la foto que ilustra esta crónica y el siguiente texto; “Ahora sí que sí. Nos hemos casado hace una hora en Rocafort, Valencia”. Trece palabras han bastado para comunicar ellos mismos por las redes sociales la noticia de su boda. Cuchita Lluch, 49 años, con dos hijos y dos matrimonios en su haber y Juan Echanove, 54, con un matrimonio y un hijo, se han casado.
La Razón publicaba, hace un año, el inicio de esta relación y cómo se conocieron, la presidenta de la Academia de la Gastronomía Valenciana y el actor Juan Echanove. En unas jornadas gastronómicas de Madrid Fusión, un amigo les presentó y allí surgió el flechazo porque desde entonces no se han separado. Lo que la mesa ha unido, el caloret del Poniente valenciano no ha evitado. 44 grados marcaba el termómetro en el momento del enlace en la “más estricta intimidad” apenas doce personas les han acompañado, entre ellas el hijo de Juan Echánove, de su primer matrimonio.
Ya vivían juntos, en Madrid en la casa de él y en Valencia, en la casa de ella. Que se acabarían casando era una realidad que ellos tenían pensada para el mes de junio, pero que han adelantado por el trabajo de Echanove. Para Cuchi, aún siendo su tercer matrimonio, le hacía ilusión volver a casarse y Juan ha querido hacerle este regalo. La ceremonia civil ha sido al mediodía en Rocafort, que cuenta con una alcaldesa socialista. La razón de elegir este lugar, a unos ocho kilómetros de la ciudad, es porque la madre de Cuchi tiene una estupenda masía en esa localidad. Lamentablemente, ni su madre porque es muy mayor, ni sus dos hijos, Carlota estudia en Segovia y Vicente en el extranjero, han podido acompañar a la novia, que llevaba un vestido de su fondo de armario y pendientes Vicente Gracia, el joyero valenciano siempre afirma que Cuchi, tiene las mejores joyas.
Son una pareja que se adora y juntos están colocando la gastronomía española y en concreto la valenciana, en lo más alto. El actor está tan integrado en Valencia que hace la compra en el mercado de Colon y es el que decide lo que se come en casa, ella escoge el vino no le gusta cocinar. Cuchi es una mujer imprescindible en cualquier evento de la sociedad valenciana, de hecho tiene una agencia que los organiza y él es uno de los actores más respetados, entre los dos juntaban cientos de amigos. Conscientes de querer algo diferente, han decidido que esta boda sea reducida, íntima y especial, aunque el caloret derritiese hasta las flores silvestres del ramo de novia.
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martes, 12 de mayo de 2015

Qué compra la infanta Elena en el polígono industrial de Pinto

Qué compra la Infanta Elena en el polígono de Pinto


Por Carmen Duerto (publicado en La Razón y en diarioabierto.es)

Hay quien buscaba una cámara oculta, cuando vieron entrar en el hiperchino del polígono industrial de Pinto,el llamado "China City, Ferretería, Mascota, Juguetes, Menaje, Lencería y etc.." a la infanta Elena de Borbón y Grecia.
No era ni su doble, ni una secuencia de telerrealidad, era la mismísima Elena María Isabel Dominica de Todos los Santos, duquesa de Lugo, con su hija Victoria Federica y sus dos guardaespaldas, que entraban en la nave del "rey
del todo a cien de Pinto
" al ritmo de "Bulería" de David Bisbal y no con el himno nacional. Ellos, vestidos casual pero correctos y ellas como si hubieran dejado los caballos en la entrada. Vestían de amazonas. Las otras visitas de la infanta al chino de Pinto, también han sido con su hija y con los guardaespaldas, pero con vaqueros y deportivas. Se ve que en las otras visitas no venían de montar a caballo.
Cuarenta años después de esa pequeña infanta levantando la mano en clase para preguntarle a su profesora: "Señorita, donde yo vivo no hay calles. ¿qué pongo en el remite de mi carta?". Quien iba a imaginar que la niña que se criaba en un palacio sin calles, acabase frecuentando el polígono industrial de Pinto en la carretera de Andalucía, casi, casi en el centro peninsular del Cerro de los Ángeles. Entre las excursiones de compras al Sur de Madrid y las anécdotas colegiales, la hermana del rey Felipe, ha tenido un curioso aprendizaje sobre el mundo real. Si al principio de estar casada aun llenaba la despensa llamando a La Zarzuela, como si aún viviese allí, con el tiempo fue encontrándole gusto a la rutina de los ciudadanos. Quedaba, como quien queda para ir al cine, con una de sus primas para hacer la compra en el supermercado de su barrio, mucha marca blanca y pechugas de pollo. Por cierto, que ese supermercado de origen valenciano, parece que la persigue porque también le han colocado uno inmenso enfrente del complejo vacacional de Marivent, en Mallorca.
Aunque doña Elena ya estuviera emancipada, divorciada y le hubiesen creado un trabajo en una aseguradora, aún era la hija del rey. El día en el que sale del núcleo duro de la Familia Real "ese momento tenía que llegar" según
sus palabras, ese día el golpe de realidad le da de lleno en todo el Palco Real y pasa a ocupar las gradas junto a los ministros.
Verla en un mega almacén, en lo que vulgarmente todos conocemos por un "chino", es otra sorpresa, para el que trabaja allí y para los clientes que coinciden con la infanta y que alguno quiere inmortalizar con un selfie. Ella acepta posar con una niña, pero con la condición de que la foto no sea ni para publicar, ni para subirla a internet. Victoria Federica, está muy bien aleccionada porque no acepta ponerse en la foto cuando es invitada a hacerlo. Y la infanta,
que parece que va a lo suyo, también está ojo avizor, como su cuñada Letizia que parece que tienen ojos en la coronilla para detectar quien a su alrededor les hace fotos. Y por cierto, uno de los dos escoltas, el otro estaba vigilando
en la puerta, se puso detrás de la madre para ver qué foto le hacia la señora a la infanta posando con la niña.
Qué compra
Doña Elena paga lo que compra con dinero en metálico. En su primera visita, siempre por la tarde, se dejaba más de 50 euros, en la última, que tiene lugar el 24 de abril sobre las ocho de la tarde, no llega a los 20 euros. Ha comprado las cosas más variopintas; desde una camita mullida de tela para el perro por 15 euros, a libros para niños o moldes de papel para tartas, 20 moldes de papel redondo grande para tartas por 1,35 euros. Y no eran encargos de la cocinera, que no tiene, eran objetos que la infanta necesitaba para usarlos ella. Doña Elena es una buena repostera, de ahí que sepa perfectamente lo que quiere, el papel de horno que impide que la masa se pegue al molde, pero como aparentemente, después de dar varias vueltas, no lo encontraba y como la dependienta china no entendía nada de toda la explicación que doña Elena le estaba dando, el guardaespaldas fue en busca de una dependienta de
habla hispana para que la atendiese.
Mientras que Victoria Federica, se entusiasma comprando gomas de colores para tejer pulseras o buscando una funda para el teléfono de su madre. Elena tiene un Nokia de un modelo para el que apenas se han hecho fundas de protección y no encontraron ninguna que le sirviera, sin embargo, Victoria con su iPhone 6 tenía una gama enorme para escoger, cosa que no hizo porque ella sí que tenía.
Decir que el megachino de Pinto, dispone de 4.000 metros cuadrados de extensión y que las veces que la infanta ha ido, nunca lo ha hecho con prisa. Se ha tomado su tiempo, casi una hora, para verlo todo bien y recorrer sus
largos pasillos atiborrados de objetos.  Otra curiosidad, la duquesa de Lugo conduce su coche, un todoterreno Volvo CX70 y carga con su compra que no paga con tarjeta, así se evita mostrar los datos de su DNI o que se sepa en qué banco tiene su cuenta.
Cómo descubrió ese hiper chino la infanta Elena, es una incógnita, excepto que frecuente la carretera de Pinto a San Martín de la Vega, según se sale de la nacional 4 de Andalucía y que le llamase la atención y un buen día
se decidiese a entrar a dar una vuelta, ni más ni menos que lo que hacemos todos.

La moda de los polígonos
Por supuesto que ser infanta no está reñido con hacer compras en un "chino" de Pinto, que es un pueblo dormitorio al Sur de la ciudad de Madrid. Pero sí que choca porque no es un lugar que sea especialmente conocido, que sea
fácil de encontrar y desde luego, no es el hábitat habitual por donde se mueve la infanta. Puede suceder que frecuente alguna finca por la zona y que a fuerza de pasar por delante, un buen día decidiera parar a explorar y ahora le
ha encontrado el gusto a las ofertas. Tampoco obedece a ninguna campaña de acercamiento "al pueblo" porque este encuentro con la infanta en el polígono ha sido absolutamente fortuito y ella se encuentra apartada del núcleo
duro de la Familia. Aunque el verdadero shock, será cuando veamos a Jaime Marichalar comprando en el megachino.

Letizia en el lugar de Elena

Cuando era adolescente a la infanta Elena le parecía un planazo quedar con un par de amigas del colegio para pasar la tarde en El Corte Inglés, acompañadas por una profesora y los guardaespaldas y acabar merendando tortitas con
nata. Cuando aparecieron las televisiones privadas y sus programas de teletiendas, ella sufrió un deseo irrefrenable por hacerse con los objetos más variopintos, especialmente para adelgazar y como no podía enviarlos a Zarzuela e identificarse como la hija del rey, Elena, con seudónimo, pedía que le enviasen el pedido a casa de la madre de los hermanos Fuster. Ya independizada, ha sido frecuente ver a la infanta en las distintas tiendas de Zara del barrio de Salamanca de Madrid o en diferentes mercadillos por los pueblos de España. La infanta Elena ha sufrido el proceso inverso de su cuñada Letizia, si una fue educada en un palacio donde las cosas aparecían cuando lo voceaban, la otra sí que se crió frecuentando mercadillos, supermercados y su casa estaba rodeada de calles. Las tornas cambiaron hace diez años en La Zarzuela. Ahora será inédito ver a Letizia Ortiz comprando en un "chino" cosas de oferta, aunque aún le quede un rescoldo del pasado y lo supla, adquiriendo ropa para sus hijas en El Corte Inglés, fruta "de diseño" en el barrio de Salamanca o fugaces salidas a cines en vaqueros rotos y camiseta. Decir que tanto el rey Felipe como el rey Juan Carlos, no son de tiendas, les va mas ir de restaurantes y a la reina Sofía, un BodyShop o un Corte Inglés, le da la vida.
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