Carmen Duerto (publicado en www.diarioabierto.es)
En
el 2003 los Barraquer pusieron en marcha su fundación homónima para dar
asistencia a personas sin recursos, algo que las tres generaciones de
oftalmólogos llevaban años ejerciendo desinteresadamente, una labor solidaria y
social en la medida de sus posibilidades. En este tiempo y de vez en cuando,
han recibido la ayuda de empresas que, unas veces les han facilitado material a
precio de coste y otras, se lo han donado. Ahora la multinacional de óptica Sáfilo,
anuncia su colaboración con los Barraquer. Han acordado la entrega de una
cantidad de dinero anual y también la donación, en un principio de 500 gafas de
sol, para que los pacientes puedan protegerse de sus rayos una vez operados.
El día 29 parte la nueva expedición solidaria de la Fundación
Barraquer a Mozambique, con la infatigable Elena
Barraquer al frente y que durará dos semanas, en las que piensan operar
de cataratas a unas 360 personas. Una doctora siempre sonriente que se
desespera si no puede operar a una media de 37 personas al día,
fundamentalmente de cataratas “algo que
aquí carece de importancia y se opera sin ningún problema, pero en países como
África significa quedarse ciegos”.
Pedro
Rubio, director general del grupo
Sáfilo, aprovechó la presencia de Elena Barraquer, que estaba en Madrid con
motivo de la nueva expedición que en breve parte para África, para presentar
una nueva línea de gafas solares polarizadas y otra de monturas especiales para
niños. Para su máximo responsable en España, Pedro Rubio: “el deseo de la compañía es concienciar en edades tempranas, el uso de
lentes polarizadas contra los efectos nocivos del sol”. Por ese motivo han
conseguido reducir los costes al mínimo y utilizar los mejores cristales
posibles, los de polaroid, para que cada gafa solar infantil cueste 35 euros y
esté disponible en una gran variedad de colores que les resulten atractivos a
los pequeños. Y las de lentes graduadas están realizadas en un material
flexible que impide que se las claven y que rompan las patillas porque son como
de chicle.
El
rey Faruq de Egipto le regaló un Mercedes, único en el mundo, al
profesor Ignacio Barraquer y un multimillonario norteamericano se encaprichó
con él y ofreció al oftalmólogo una cantidad tan desorbitada que decidió
venderlo. Con ese dinero puesto a rendir se nutre la fundación de fondos para
sus actividades, que por supuesto completan los propios empleados donando su
trabajo, las empresas que les suministran material y todo aquel que
altruistamente quiere colaborar “siempre
se necesitan manos para ayudar y todas son bien recibidas”.
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