viernes, 17 de junio de 2016

Festival Luz y Vanguardias en Salamanca

Festival de Luz y Vanguardias en Salamanca
Por Carmen Duerto



Hasta el domingo se puede disfrutar, como lo hicieron el viernes la princesa Kalina de Bulgaria y su familia, del Festival de Luz y Vanguardias en Salamanca. Arte y luz proyectados sobre edificios históricos de la ciudad. La Casa de las Conchas, el Ayuntamiento, La plaza de la Catedral Nueva o la Iglesia del Convento de San Estaban se convierten en lienzos por los que aparecen dragones, rayos sicodélicos, caras, serpientes, figuras geométricas, construcciones que se rompen con un martillo virtual, música y mucha luz. Algo verdaderamente excepcional y magnífico que ilumina, aún más si cabe, la belleza de Salamanca. La idea partió hace ocho meses de Benito Berceruelo, Consejero Delegado de Estudio de Comunicación, con el apoyo de Iberdrola, cuyo presidente, Ignacio Galán, hace gala de ser salmantino, de ahí, que la ciudad donde ha nacido este innovador Festival abierto al público y gratuito, haya sido Salamanca. Cuatro días en los que a partir de las diez de la noche, los edificios del casco histórico de la ciudad cobran vida.
Además de las obras creadas por 35 alumnos de Bellas Artes y Comunicación Audiovisual de la Universidad de Salamanca, que se proyectan en la Casa de las Conchas, han sido invitados a proyectar sus creaciones en la Iglesia Convento de San Esteban, el Patio de las Escuelas, el Colegio Fonseca y la plaza de Anaya, cuatro reconocidos artistas; Daniel Canogar, Carlos Irijalba, Edwin van der Heide y Anna Barriball. También hay un grupo de ocho obras que se presentan a concurso (10.000 euros de premio) son las que pueden disfrutarse en la fachada del Ayuntamiento en la Plaza Mayor de Salamanca, aquí toman parte desde artistas independientes a productoras de creación audiovisual y les puedo asegurar que todas son fabulosas. El único inconveniente es que sólo dura cuatro días y el domingo a las doce de la noche, como una cenicienta plegarán sus luces.
Acercarse a Salamanca, es un buen plan siempre, pero aprovechar este fin de semana para disfrutar de un espectáculo efímero, creado única y exclusivamente para ser proyectado sobre esos edificios singulares, es una experiencia sensorial única. Ese momento en el que sobrevuela un dragón y lanza su llamarada de fuego, el edificio se rompe en mil pedacitos, una medusa-cara te hipnotiza o unos rayos de colores en medio de una humareda sicodélica te invitan a teletransportarte es irrepetible. El año próximo habrá más pero no serán iguales.
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