jueves, 4 de abril de 2013

¿Por qué no quieren que la infanta Cristina hable?

Imputada no es condenada, aunque la justicia social de la ciudadanía ya se haya pronunciado y vaya por otro camino. No entiendo por qué la Fiscalia Anticorrupción salta como una hiena y quiere bloquear la imputación de la infanta Cristina para que acuda el 27 de abril a dar su versión ante el juez magistrado José Castro.
Sinceramente, si como dice el rey su padre, todos somos iguales ante la ley y, su hermano heredero, se reafirme que, aunque sea difícil, hay que hacer justicia, no se entiende que no le dejen a ella explicarse. Y más, cuando le han buscado un estupendo abogado, Miguel Roca, uno de los padres de la Constitución, que podría ayudarla mucho en sus explicaciones....
Por un momento, cuando la han imputado alegando que, gracias a los nuevos correos electrónicos y a la declaración de su secretario-tesorero-asesor, García Revenga, se deducía que ella estaba al corriente de los fines del Instituto Noos, que incluso se le había pedido opinión e incluso, se había recomendado que apareciera como S.A.R, pues, al menos a mi, me  había complacido saber que la infanta no es "tonta". Que como esposa, trabajadora y señora de su casa, no se limitaba a firmar o ceder su nombre y cargo, para que lo utilizasen de "abre puertas".
También ha sido curioso, al leer el auto con las razones de la imputación, que contratase empleados domésticos irregulares y que lo hiciera por medio de una de esas empresas que tenía con su marido y que servían para todo. Esto de contratar empleados domésticos en situación irregular ("sin papeles" se deduce) no parece causar mucha extrañeza. Pues a mí sí me ha sorprendido. Me parece increíble que la hija del rey y séptima en la sucesión a la corona de su padre, tenga trabajadores ilegales.
Y por último,  me sorprende, igual que al juez Castro, la poca comunicación dentro de la Casa. Un conde asesor se encarga, imaginamos que por orden de su jefe "el rey", de hablar con el yerno para que cese sus actividades crematísticas poco adecuadas y García Revenga, que también es asesor de la misma Casa y secretario de la infanta, no se entera. Y la esposa del afectado, al que le afean las prácticas, ni se entera, e incluso, ni se lo comentan, ni su esposo, ni el tesorero-asesor-secretario....Qué forma más rara de ejercer los asesoramientos
, la verdad.
Como dice el juez-magistrado, lo justo es que antes de cerrar el caso, con tantas lagunas en torno a la actuación y conocimientos de la infanta, ella tenga derecho a ser escuchada.
Vaya, es lo mínimo porque, como dice el rey: "La justicia es igual para todos".

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