lunes, 12 de septiembre de 2011

Por qué no me gusta Mónaco..

Estuve en un evento lujoso en eso que llaman Mónaco y los invitados ReVIP -nuevo subgrupo-, fueron por la mañana al palacio para saludar a Alberto Grimaldi y luego comieron a bordo del  Moombeam –ese velero famoso porque en él pasaron su noche de bodas Rainiero y Grace-. Me imagino que hay días en los que en la cala con puerto, casino y bancos para evadir impuestos, que es lo que viene siendo Mónaco, su príncipe no tiene apenas agenda oficial y se puede permitir echar la mañana enseñando el palacio a unos VIP de la marca que acaba de donar –en limpio- un millón de euros a la Fundación Grace. Que yo me imagino que esa fundación tiene por misión ayudar en un mundo más amplio que el de Mónaco porque lo que se dice pobres, mendigos, ancianos impedidos, niños con y sin talento o incluso, perros abandonados, no existen y si existen están escondidos porque no se les ve.
Puede que se me note que no me gusta Mónaco, pues no, no me gusta. Se han cargado ese espacio de terreno costero con edificios entre Marina d’or  y Doha y nadie les dice nada, ni se los echan abajo. Es un lugar al que llaman país y que en realidad es un paraíso fiscal de cartón piedra y me indigna porque es atroz que un grupo de millonarios mantengan un lugar donde evaden impuestos. Es injusto para el resto de ciudadanos que colaboramos, aunque sea obligatoriamente, pero lo hacemos. Y en el hotel en el que me alojaba el Monte Carlo Bay, un cinco estrellas de los Grimaldi, son unos cutres que te cobran hasta por el agua mineral de la habitación que tenía que ser de cortesía, la wifi de 24 horas son 20 euros y la sauna 10 euros la hora, no había bolígrafo en la habitación, había dos salones para desayunar el normal –malisisisimo- y el que requería una sobretasa y no hay periódicos españoles. Una cutrez.

Propongo que el resto de países cada vez que salga algún monegasco evasor de impuestos de esa cala con casino, se le cobre tasas por usar todo lo que ellos no contribuyen a mantener y por cierto, entendí por qué Carolina no quiere divorciarse porque ahora es princesa de Hannover -parientes de todos los coronados europeos- y si se divorcia regresaría al Alteza Serenisima de la nada y por qué Charlene está como dopada porque es la única forma de no volver a escaparse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario