martes, 10 de abril de 2012

Al Kyrguistán irás y volverás

La de ahora es la crónica más triste porque todos sabemos que es el último día de nuestro paso por el Journey of Discovery de Land Rover. Después de haber bromeado con la gala dinner en la Yurta y de haber bailado gracias al iPhone como si no hubiera un mañana, hemos pasado la última noche de nuestra aventura en Bel Tam a orillas del Issyk Kul. El gallo de la familia Kyrguis nos despierta a las 6.30h de la mañana. Salimos tan frescos de las tiendas exactamente igual que nos acostamos, es la ventaja de dormir vestidos que te ahorras perder el tiempo vistiéndote. La familia que nos acoge en su campamento nos tiene preparado el típico desayuno; huevos fritos, sopa, remolacha, zanahoria, té, café....una barbaridad de cosas. Una vez que lo degustan, nuestros compañeros tienen el gusto de comentarnos lo grandes que son las arañas que también durmieron con nosotros....Bendita ignorancia porque de haberlo sabido, a Dios pongo por testigo, que no hubiera dormido en el bag room que utilicé en el sanatorio Aurora, sino en el Discovery One Million. Recogemos todos los bartulos y salimos en dirección a la frontera con China.

Las situaciones extremas, no sé a los demás, pero a mi me sacan el lado religioso que llevo dentro. Alabado sea el Señor, que, a pesar de mi insistencia en querer salir de allí conduciendo, no me dejó Steve -que es el que cuida del Discovery one million como si fuera una gheisa-. Pobre mío, no lo hacía por falta de confianza en mí o porque conduzca mal -que ya quisieran muchos...- sino porque un auténtico hombre Alfa, tiene que demostrar cómo se maneja en territorio hostil. Con las mismas, se sale del sendero marcado. No llevamos ni 50 metros cuando un crugido nos paraliza. Una bola de alambre grueso como un pitillo se enrosca en la rueda trasera. Desmontaje con el gato hidráulico que levanta montañas, desenrollamiento de alambre y gran soplido. Hemos estado a punto de cargarnos los frenos.....Nunca le daré suficientes gracias a Murphy por no haberme puesto en su camino.

Hoy es el día de las complicaciones. Llevamos una hora de ruta, cuando el coche que abre la expedición avista un tremendo accidente en la cuneta. Consulta rápida por el walky y todos unánimente decidimos parar. James Cladingboel, nuestro médico bregado en guerras como la de Afganistán, se baja rápidamente y el resto del equipo comienza a sacar el hospital de campaña que llevan en los Land Rover. Al hombre, que parece más grave porque está ahogándose al tener la pleura hundida, le colocan una máscara de óxigeno, varias inyecciones y un suero. El chico, tiene la pierna partida por tres lugares. Dadas las condiciones del lugar lo más seguro es que se la amputen. Lo que en España sería una

operación y un mes de recuperación, en este país es una perdida de pierna. En los hospitales te atienden pero el médico le da a la familia, para que lo compre, un listado con todo lo que se necesita para tratar al enfermo. Al ser tan pobres, no suelen tener suficiente dinero y no es raro que mueran.

James, con la ayuda de los dos técnicos de Land Rover; Tovy Blythe y Darren Fielding, que han seguido un curso de primeros auxilios antes de salir de Inglaterra, atienden durante hora y media a los dos heridos, que al parecer, llevan esperando a la ambulancia más de una hora. Cuando llega la supuesta ambulancia nos entra un escalofrío, es una furgoneta de los años 50 completamente vacia con una médico en bata. Tremendo. Antes ha tenido lugar otro hecho que me encoge el corazón. El chico también tenía afectado el brazo y James quiso cortarle la cazadora, él pidió que, a pesar de gritar de dolor, se la quitasen porque era la única que tenía....Es la cruda realidad del Kyrguistan.

Volvemos a los Discoverys y a nuestra aventura camino de la frontera con China por la ruta de la seda. Seguimos por estos parajes desérticos, con escasa población y con unas vistas espectaculares; inmensas montañas con formas onduladas por el efecto del agua, lagos de color turquesa, manada de camellos, muchos rebaños de ovejas, vegetación de matorrales, escasez de árboles y carreteras poco transitadas. Atravesamos otro parque natural en dirección a Kochkor y llegamos a una humilde casa presidida por el retrato rojo de Lenin y una yurta. Donde nos espera una familia Kyrguis que hacen alfombras de lana. Son de fieltro que tíñen con hojas de nogales, hierbas o frutas para darles el color deseado. Allí recogemos una alfombra que ha sido encargada desde Inglaterra como homenaje a esta aventura y nos explican cómo la han realizado cinco mujeres en seis días.

No tenía ni idea de cómo se hacía el fieltro y ya puedo dar una clase a quien me lo pida. Es como hacer un sushi. Cogen una esterilla, apelmazan lana de cordero sin dejar ningún hueco y lo enrollan como se hace los sushis. Cuando tienen el rulo deseado, se suben encima y lo pisan con fuerza para que se unan bien las fibras de lana. Así consiguen hacer las telas. Curioso.

Y esto es todo amigos. Es el final más triste porque llegar a la casa-yurta de las alfombras significa que es el final de etapa. Al Lenin que nos preside pongo por testigo que ha sido un placer atravesar la república del Kyrguistán invitados por Belén Lacalle, responsable de comunicación de Land Rover y única mujer RRPP de la marca, que ha participado en esta aventura. Las dos hemos sido las únicas en aceptar este reto. Y como los chinos no quieren ver a ningún periodista atravesar la China profunda a sus anchas, camino de Pekin, nuestra aventura acaba. Belén, Fernando Gómez Blanco, del programa "Centímetros Cúbicos" de Nitro Tv y yo, hemos formado el Spanish Team reservándonos, durante estas seis jornadas, el placer de conducir el Discovery 1.000.000 million. También hemos contribuido a recaudar 1 millón de libras para la Cruz Roja que permitirá instalar una potabilizadora de agua en Nigeria.

Dejamos a Steve, Tom, Tovy, Darren y Jeremy a las puertas de la frontera con China y nosotros ponemos rumbo a España. Regresamos a otro mundo a 20 horas de distancia de avión. Ha sido un inmenso placer y una oportunidad única porque soy consciente que no lo volveré a vivir jamás.

Gracias ¡¡¡¡



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