martes, 10 de abril de 2012

Con los hombres Alfa de aventura por Kyrguistan

Si la cena en el sanatorio Aurora, fue lo que no me atreví a escribir, el desayuno y la visita de las instalaciones me deja sovietizada por un par de horas. Pollo asado, papilla amarilla y galletas muy dulces es más o menos lo que creo que puede ser lo que hay encima de la mesa y podría identificar. Esto es una aventura y un desayuno así forma parte del pack experiencia. Lo mejor, mis compañeros me encanta verlos por las mañanas sonriendo -en manga corta, yo bajo con todo lo que puedo ponerme encima- y haciendo unas risas de lo que nos va ocurriendo. Así da gusto recorrer este lugar, que tiene camillas prehistóricas aparcadas en los pasillos. Goza también de camas que dan masajes mecánicos -que podrían darte una desacarga eléctrica a poco que te descuides-, bañeras con todo el poso de la era soviética en su interior que te sumerjen en un baño de minerales y lavados de estómago o de intestinos y etc, etc...

Después de la visita, sorprendentemente nadie se apunta a nada. Unos aducen que no tienen costumbre, otros que tienen que revisar el material de su Discovery, a otros en un plis plas les surge una jaqueca... Tan solo Ian, el escritor inglés que está colgando los post de Land Rover, hace de conejillo de Indias para que Nicke -el fotógrafo- les tome como paciente.

Salimos del Sanatorio Aurora, previo intercambio de unos billetes con el soldado de la puerta...y ponemos los GPS dirección Alma Alta, bordeando el lago Issi Kol, que ya he contado, pero me hace ilusión repetirlo, que es el segundo màs grande del mundo. A 200 kms hacemos parada técnica en Karakol para comer carne con patatas en el restaurante de la mafia de la zona. Así que estamos tranquilos porque los cuatro Discoverys cargados a tope no les pasará nada. Al Sr. Mafioso no tenemos el gusto de conocerle y a los cuartos de baños de su local tampoco. Donde esté un matorral ¡¡¡

Hay que explicar que no podemos ir muy rápido porque las carreteras han desgastado ya el asfalto desde el siglo en el que lo pusieron y los agujeros son cavernas para estudiar espeologia. Eso nos permite abrir las ventanas para hacer fotos y oler el país. Huele a hojas secas, tienen la costumbre de hacer pequeños montoncitos y quemarlas, provocando un característico olor que permanece intácto -debe ser el mismo árbol local- durante todas las jornadas. También es curioso ver la cantidad de gente que anda por los arcenes o van en su burro, acompañando al ganado o sentados en cluquillas esperan en el arcen. Corren un riesgo porque aqui no hay normas de circulación, hueco que ven hueco que utilizan para adelantar. Las lineas pintadas en el suelo son decorativas y las señales de tráfico no existen. En situaciones así te das cuenta la suerte que tienes de ir formando una expedición, ya que el primer coche se encarga de informar a los demás de lo que se encontrarán porque se guarda una considerable distancia de seguridad.

Siempre nos acompañan las impresionantes montañas y entre ellas y el borde del lago se extiende una enorme paramera desierta. Los pueblos que vamos atravesando son como aldeas humildes con el techo de uralita o de planchas de metal y en el que no falta un cementerio muy decorado con adobe y piedras y una pequeña mezquita.

El contraste de ir escuchando a Adele, Lady Gaga o Amy Winehouse, con el paísaje árido pero bello y la ausencia de población es una mezcla curiosa. También la ausencia de wifi o de internet provoca apasionadas conversaciones, donde es inevitable tratar la cuestión del hombre Alfa y más cuando nuestros compañeros de viaje son de otro país, hay que comprobar las fuentes de un lado y del otro. Finalmente, concluímos que el hombre Alfa es universal.

Entretenidos recorriendo kilómetros, llegamos a una enorme extensión de estepa con el lago a 100 metros, allí enmedio de esta nada absoluta, hay una casa humilde habitada por una familia nómada de 20 personas que nos invitan a pasar la noche con ellos en las yurtas. Somos tantos que es necesario montar otra tienda para que podamos dormir todos. Colocamos los 4 Discoverys alineados enfrente del campamento y todos a una, levantamos una yurta en una hora. La estructura es de una madera flexible sacada de un árbol autóctono y forrada de una malla de caña y capas de piel de oveja. Dentro colocan alfombras de lana muy gruesas y sobre ellas una pila de edredones a modo de cama.

La Yurta que montamos era convertible, nos servía de comedor y de dormitorio. Allí cenamos arrodillados y haciendo unas risas de todo. A las nueve de la noche parte del equipo ya estaba durmiendo y otra parte, de after hours kyrguis. Esos iPone nunca sabrán el servicio que prestan....Otra noche durmiendo con los zapatos y como novedad incorporamos gorro de lana y guantes. Nos han dicho que no habría animales y que la temperatura bajaría de cero grados. Nadie nos habló de insectos....pero eso será mañana.

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