sábado, 20 de noviembre de 2010

Tita se reinventa. ¿Quién es ella?

Tita se reinventa


Esta semana he visto y hablado dos minutos y medio o quizás, tres con Tita Thyssen, Carmen Cervera, Carmen Thyssen o Tita Cervera o todas a la vez. Ya no sé cuándo es una o cuando es otra. Fuí muy seguidora suya y reconozco que cada vez que paso por delante del museo Thyssen inclino la cabeza en señal de respeto. Adoro ese museo.
Me gustó mucho también que la polémica de sus encadenamientos a los árboles llegase hasta Bruselas. Consideré un alto honor que ese scoob informativo me lo diera a mi y que a raíz de mi entrevista con ella en El Mundo, se armara la de San Quintín.
Una vez, incluso, soñé que podríamos vivir la segunda etapa Peggy Gugenheim de la historia. ilusa, creí que todas ellas, Carmen, Tita., Cervera o Thyssen, pudieran metamorfosearse en una sola y el resultado fuera otra mecenas de artístas. Soñe que TT acogería en sus villas a genios de la creación y los mantendría para que pudieran crear. No al estilo Gala Dalí sino al estilo Peggy. Esa Villa Favorita reconvertida en Palazzo Leoni. A cambio se rodea de unos seres que yo creía que no existían. Por ejemplo, una mujer que es como su sombra y es, como diría el gran Julio Iglesias Puga; "rara, rara, rara". Dice ser pintora y al parecer le tienen prohibida la entrada en USA  por sus cuitas pendientes con la justicia. Que saberlas las sé, pero no tengo por qué comentarlas aquí, cuando nuestro tema es Tita y no la supuesta pintora.
Desconozco qué le pasa por dentro para mantener una disputa familiar en los lugares más lumpen de la televisión. Ese día que la ví y hablé brevísimamente, estaba acompañada de un hombre sudamericano y de una mujer gritona con pelo en globo de peluquería low cost y rubio carrefour, de cuyos nombres no quiero acordarme, ni tampoco de las TVs en las que chillan, Pero la cruda realidad es que la escoltaban esos seres.
Yo miraba y miraba y no lo creía. Esa mujer que pudo posicionarse en el top, en lo más alto y no ha sabido hacerlo. De todos es sabido que los ricos siempre tienen un sequito que se mueve por dinero, eso les pasa a todas las fortunas, pero de ahí a dejarles que sean asesores media un abismo. Qué lástima y qué perdida se la ve. No hay nadie que le pueda decir que pese a todo, lo único que tiene real en este mundo es su hijo, que el dinero es dinero y que tiene el suficiente para vivir divinamente.
Por cierto, estaba en un acto con fín benéfico y salía de viaje al día siguiente con destino a Málaga y allí se quedaría unos días, en su mansión de Marbella. Tita Thyssen prometió, una vez que regresara a Madrid que compraría unos relojes. En el Sur también hay tiendas que los venden, no es necesario adquirirlos en la capital. "Claro, que tengo cosas de Folli Follie y relojes, pero voy a comprar más para ayudar a los niños". Se retiró pronto porque al día siguiente salía a las 5 de la madrugada con rumbo al Sur para hablar de su museo en Málaga "estoy muy feliz porque les he cedido las obras por 25 años y no tengo ningún problema con ellos. Todo son facilidades y estoy muy contenta". Algo me dice que, igual que a Mario Conde le hicieron doctor honoris causa por la Complutense, a cambio de una generosa aportación -del banco, no de su bolsillo-, quién te dice a tí que a Tita no la nombran Hija Predilecta, le ponen una calle o le dan un Honoris Causa o le hacen miembro de una Real Academía de Andalucía. Vaya, que si es por dinero...
Con el gobierno central, no le ocurre lo mismo. Parece que no tiene el mismo feeling con González-Sinde. Ajena a este lío pictórico, Marisa Koutsolioutsos, propietaria de Folli Follie, daba las gracias a todos los presentes por haber acudido al Palacete de los Duques de Pastrana a interesarse por el proyecto solidario.


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