miércoles, 29 de junio de 2011

A la boda de Alberto y Charlenne que vayan los del COI

Ya he leído que el Jefe del Comité Olímpico Internacional acude a la boda de Alberto y de Charlenne. Y me encanta la explicación protocolaria que dan en la casa real española para no ir a Mònaco a ese bodón de pandereta con fotocol y aún gustándome mucho, su no asistencia, me parece una falta de respeto. Si aquí se les recibe, si ellos acuden a las invitaciones que se les cursan y si forman parte de ese circo de coronas y carrozas, pues hay que aguantarse y corresponder. Lo dice el protocolo, lo dice la educación y lo dicta el sentido común.
Y empiezo con el COI porque la inestimable colaboración de Alberto Grimaldi, nunca será suficientemente bien pagada por la Gran Bretaña. Deberían ir los Cambridge, por los favores prestados, y si me apuran, hasta el padre del joven Cambridge con su chaleco blanco impoluto, también tiene que acudir.
Aunque se haya disculpado absurdamente en un par de ocasiones y no haya desaprovechado las bodas, bautizos y comuniones de los coronados y pseudo coronados europeos con la intención de hacer pandi, lo cierto, es que los Grimaldis defienden muy mal lo suyo. Pudo tener un pase Carolina, pero ese tercer marido alemán,  borrachín y pendenciero no le hizo el mejor de los favores para posicionarse. Aún se recuerda la última boda de un Borbón, cuando se ausentó de parte de los eventos por una ingesta exagerada de alcoholes la noche anterior. Puede que sea motivado por las facilidades de su condición, como a ellos les llevan, no practican el "si bebes no conduzcas".
Y decía que me encanta la explicación protocolaria porque resulta, que la invitación la han cursado a nombre del rey y como su majestad tiene la rodilla de baja, pues está alejado y missing en la cosa de la recuperación. Es decir que él, como tiene por costumbre no ir a bodas, y menos en esta ocasión que tiene el asunto de la rodilla. Pues claro, los novios se han equivocado, no la han hecho extensible al resto de representantes. Con lo cual, como no están invitados, no pueden ir. Les pasó lo mismo en la última Royal Weeding de los ingleses, pero se llamaron y lo resolvieron en un plis-plas. Cogió la invitación su esposa, que para eso es reina, y el hijo con la mujer, que son príncipes. Total, allí donde va uno, van dos y luego tres. Si entonces pudieron "arreglarlo" ahora deberían haber hecho lo mismo o en su defecto enviar a otros representantes, que son muchos de familia.
Pero a Mónaco no y punto. Como dice mi amigo y colega, Adriano Silva, la boda Lo Mónaco ¡¡¡. Que vaya la delegación olímpica con Gallardón a la cabeza. Ya que no pudieron desfilar por el estadio olímpico, que se den el gusto por el mini paseo marítimo de Mónaco con Alberto preguntándoles por megafonia; ¿Y si pone la ETA una bomba en el estadio olímpico?

1 comentario:

  1. Es muy curioso lo poco que gusta a la Casa Real pasearse por Mónaco, que no fuesen a la coronación de Albert tiene su explicación en la pregunta bomba, pero ahora... no sé se habrá invitado a S.M los Reyes no a S.M el Rey, de todas las maneras es una boda demasié en todos los sentidos e imagino que no se quiere dar esa imagen de opulencia desde España.

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