Al parecer es la única medida que encuentra el Gobierno español para desbloquear el conflicto con los Controladores Aéreos. Esta medida significa que, desde este momento, es el Ejercito el que está al mando de la situación y si los controladores se niegan a cumplir las órdenes -una vez que los han militarizado- pueden ser acusados ipso facto de sedición. Un delito gravísimo que se considera un atentado contra el Estado y está penalizado con cárcel entre 6 y 12 años.
Los coroneles han tomado las torres de control de todos los aeropuertos españoles y están obligando a los controladores a que se presenten en su puesto de trabajo y que trabajen.
Este Estado de Alarma significa que los militares que están al mando pueden tomar las medidas que crean oportunas sin pasar por el Parlamento, es algo tan inédito en democracia que jamás se ha puesto en marcha una medida similar.
Los sindicatos de controladores están llamando a la calma y pidiendo a sus compañeros que depongan su actitud y regresen a la normalidad.
Toda esta crísis está mal gestionada desde el principio. José Blanco no debió llevar esta medida al Consejo de Ministros previo al gran puente de la Constitución, podía haberlo hecho el próximo viernes. Ha sido inoportuno.
Los controladores no tenían premeditadamente pensada esta medida, fue surgiendo y extendiendose a lo largo de la tarde del viernes y es a las 17h cuando toman la decisión de dejar de trabajar. No era una medida que tuviesen prevista con antelación. Todo ha sido una sorpresa, según se iban calentando los ánimos.
La medida la han tomado en caliente y ante el pulso radical y de fuerza que les ponía por delante el ministro, José Blanco. Todo el interes y esfuerzo se ha puesto en sus sueldos pero no han querido que trascendiera, e incluso, los propios controladores no lo han sabido explicar y comunicar, que uno de los puntos más fuertes y radicales es el asunto de la seguridad del tráfico aéreo. No se puede tener a la gente en situaciones límites o extremas, cuando su trabajo consiste en manejar naves con 300 personas dentro. La seguridad del tráfico aéreo es más importante que los sueldos o las bravuconadas de los políticos. El "por mis cojones" se lo tienen que guardar para su vida privada, en su vida profesional tienen que encontrar otras vías. Si los controladores dan la señal de alarma de que hay que estudiar su situación porque la seguridad corre peligro. Sr. Blanco y compañía, hay que escuchar y no echar más leña al fuego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario