Los Globos de Oro. Mis anécdotas

 

YO ESTUVE EN LOS GLOBOS DE ORO

 El año pasado por estas fechas, estaba en Los Ángeles, viviendo en directo los 67 Globos de Oro que entregan los críticos de cine en el hotel Hilton de L.A.

Alojada en el hotel Wilshire, famoso por ser el hotel donde se rodó Pretty Woman y al que van los turistas para hacerse fotos. Esto es Hollywood y las instantáneas consisten en posar en los lugares mitificados por las películas o en las verjas de las casas de los famosos.

Había que empezar a arreglarse después del desayuno porque la limusina pasaba a recogerme como a las15h de la tarde. En una de las suite del hotel habían instalado un campo de batalla; maquilladores, peluqueros, masajista y hasta manicura.

Por el ascensor te encontrabas estilistas con la laca en la mano que iban a las suites de las celebrities para mantener el misterio hasta el último minuto. En las habitaciones, dejaban regalos tipo cosméticos, bombones exquisitos, botellas de champagne y una colección en DVD de películas, algunas que todavía no se habían estrenado en España.

Notabas que había nerviosismo en general. No era mi caso porque yo estaba viviendo mis primeros Globos de Oro y porque encontrarme en el ascensor con Harrison Ford, no me generaba ningún tipo de ansiedad pero sí me impresionó la delgadez extrema de Carlista Flockhart. Tampoco compartir desayuno enfrente de Anne Hathaway me impidió tomarme unos huevos fritos con bacon.

Tampoco entrar en la gala antes que Penélope Cruz, que llegó de las últimas o quizás, la última, tampoco me estresaba en absoluto. Lo que sí me impresionó fue sentarme junto a Quentin Tarantino, Mike Tyson, Mike Rourke y el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger. Esos cuatro y los saludos-palmetazos que se dieron, eso sí que me dio un poquitín de miedo. Schwarzenegger.

Es un gran show

Me encantó Cameron Díaz, con su vestido rojo. Este año, sin embargo, han tenido muchísima suerte porque no les ha llovido lo del año pasado. Han celebrado unos Globos de Oro a 30 grados. Me ha encantado el vestido verde de Catherine Z. Jones y el de Angelina Jolie y volver a ver a las tres personas esposadas a sus maletines que posan por la alfombra y que llevan en su interior las listas de los ganadores.

Por cierto, que la seguridad es tremenda. La zona está acordonada, revisan los pasaportes y miran con detectores de bombas los maleteros y bajos de los coches. Una vez en la sala es como si asistieras a un programa en directo de TV, porque hay regidores que piden aplausos o silencio y una cámara que proyecta el guión del presentador. Es un show estilo Hollywood que es seguido por millones de personas en todo el mundo.