La tienda de las maravillas

El lunes ha sido un día extraño, entre laboral y festivo. Así que he decidido irme de misiones. He estado viendo la nueva tienda de Adolfo Domínguez en Madrid. Un edificio de cinco plantas en la calle Serrano, número 5.
Impresionante. Me ha gustado hasta la ropa. Yo no era muy fan de "la arruga es bella" pero ver toda la producción junta, todas sus líneas, en ese espacio tan trendy, me ha sorprendido.
Voy por partes, lo mejor es lo que está por venir, la zona de restauración con los mejores cruasanes que se podrán degustar en todo Madrid y una cocina macrobiótica y vegetariana que seguro se convertirá en punto obligatorio porque conozco al cocinero que está detrás y es una apuesta segura. Su tarta de zanahoria nos sacó del hambre y del aburrimiento en muchas ocasiones en la redacción. Eso es la parte superior del edificio, que aún está en obras, le dan los últimos retoques pero no está abierta. Ahí también habrá una zona interesante, la del qué se cuece en el diseño joven y artesano español. Es la zona donde los que empiezan encontrarán un corner en el que vender sus productos. Hay que echar una mano y los Domínguez la extienden.
Y ahora, lo que me ha dejado con la boca abierta. La parte de ropa de perros. Alucinante, me la llevaría toda y no tengo perro. Gastón, el galgo perro anuncio, es para llevárselo a casa y ponerlo en el recibidor. Y qué puedo decir del jersey de punto con cuello redondo de visón para minimascotas y del chaleco plumas plateado? y de las camisetas de rayas con capucha. Sinceramente, Adriana Domínguez, me he quitado la boina roja que llevaba hoy, en tu honor.
Me encantan las estanterias cajones de madera sin tratar y la ropa de lana suave, y los vestidos de cóctel y toda la parte infantil, hasta el punto de querer llevarme una camiseta de algodón gris con un lacito y encaje pero la talla más grande es la 14 y aunque las niñas de ahora me superan en varias cabezas, lo que es en grosor, las gano a todas.
Enhorabuena por lanzarse con este ambicioso proyecto.